Pecorino romano

Disfrutar de este clásico queso de oveja es casi un viaje en el tiempo, ya que su elaboración apenas ha sufrido variaciones desde el antiguo Imperio Romano. Contrariamente a lo que indica su nombre, es típicamente sardo, y se elabora entre noviembre y finales de junio, cuando las ovejas pastan libres y los prados de Cerdeña son más verdes. De corteza blanco marfil con la característica marca de Denominación de Origen Protegida, su masa es compacta, húmeda pero granulada y con pequeños ojos irregulares. Al paladar es inconfundible: salado, ligeramente áspero y picante, deliciosamente intenso, aromático y con ricas notas de fruta madura.